
El 13 de febrero del año 1981, Joxe Arregi, horas antes de fallecer a consecuencia de la heridas provocadas por las brutales torturas sufridas, pronuncio aquel ya conocido “oso latza izan da” (“ha sido muy duro”). Desde entonces, cada año, se celebra el Día Contra la Tortura en Euskal Herria. En este día recordamos a quienes padecieron aquel infierno, a las mujeres y hombres a las que el Estado vulneró sus derechos con la mayor de las crudezas imaginables. [...]
El pasado 21 de noviembre se celebraron en Barcelona las Jornadas "Parlem d'Euskadi" organizadas por la Universidad de Barcelona y por la Fundación Ernest Lluch. A ellas fueron invitadas diversas personas y asociaciones relacionadas con las víctimas del conflicto armado, entre las que se encontraba Karmen Galdeano, en representación de Egiari Zor. 2012-11-25 09:04:45[...]

El pasado miércoles 21 de noviembre la Universidad de Barcelona, en colaboración con la Fundació Ernest Lluch, organiza las III Jornadas Parlem D’Euskadi, en recuerdo precisamente del político catalán muerto en atentado por ETA. El objeto de esa jornada académica fue acercarse al papel de las víctimas en este nuevo escenario, y hacerlo realzando la mirada de otras personas a las que los medios apenas prestan atención, pero que defienden dar pasos hacia la distensión y la paz. Para ello, invitaron a gente de conocida trayectoria, como Gorka Landaburu o Verónica Portell, a Robert Manrique (ex presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Catalunya), pero también a Karmen Galdeano, de Egiari Zor, y al miembro de la izquierda abertzale Pernando Barrena, para que explicasen la realidad de las víctimas de la violencia estatal y la propuesta del Kursaal, respectivamente.
Llama la atención que en un foro abierto en Catalunya, auspiciado por la universidad, la familia Lluch y con la participación de personas directamente golpeadas por la lucha armada, haya también espacio para esa otra realidad, como es la de las víctimas de la represión y del terrorismo de estado. Si bien la resolución de los problemas políticos pendientes en nuestro Pueblo no dependen de este tipo de actitudes, la capacidad de reconocer el dolor ajeno, de no exculpar o minimizar la responsabilidad de los estados en décadas de confrontación, son, de partida, un buen canal de comunicación para abordar las consecuencias del conflicto. La verdad completa, el reconocimiento y la reparación, la justicia transicional en el marco de una Comisión de la Verdad ajustada a los principios del derecho internacional serán las vías efectivas.